Sello: Rockestatal Records
Bendita locura de disco. La propuesta de Dry River (pronunciado /draɪ rɪvəʳ/, como ellos mismos se encargan de explicar cada vez que aparece el logo del grupo) es de lo más original, diferente y trabajado que se ha escuchado en el panorama nacional en tiempos.
Dry River es una banda castellonense de rock con una gran apertura de miras. Seguramente su estilo más definitorio sea un rock progresivo, con abundante presencia de teclados pero también con lugar para las guitarras más características del hard rock. A nivel vocal se podrían parecer a los Barón Rojo de Sherpa, a Beethoven R… pero hasta ahí las similitudes con el rock nacional. Son complejos, ambiguos y arriesgados, y su estilo acaba asemejándose más a unos Queen patrios. Temas de grandes variaciones, coros marcados, complejidad compositiva y una gran mezcla instrumental y de estilos que hace que ningún tema discurra como tendrías en la mente. Y es que escuchando un único tema del disco -incluso tratando de escogerlo a conciencia-, sería imposible transmitir la globalidad de lo que es este dispar grupo. Es un disco de escuchar al completo, casi más asemejable a los pasajes de una ópera rock que a un álbum de canciones.
Y es que precisamente tiene momentos majestuosos que nos recuerdan a una gran ópera rock (¿Cuánto vales tú?), momentos intensos y complejos que podrían ser de la banda de Mercury y May (Bajo control)... pero en esas ansias de querer variar, de querer abarcar todo, también desbarran con momentos difíciles de explicar en una web rockera, y acabas perdido sin saber si escuchas una balada pop de Marc Anthony (Caída libre), o la banda sonora de unos dibujos animados de guerreros ochenteros (Oda al líder). Nadie dijo que encajar las piezas sería fácil, y eso crea algunos momentos disonantes por el mero hecho de que, al flirtear tantos estilos, cada uno encontrará sus partes preferidas y partes algo más obviables.
Pese los pasajes más bajos, el riesgo se salda con victoria y facturan un álbum que merece la pena escuchar.
Artículo escrito por
Héctor Mainar
Comentarios
Macarena -
10 de diciembre de 2014
Tengo el disco y lo disfruto. La cantidad de estilos lo hace interesante