Intensa noche de rock en un recinto a reventar la vivida el pasado viernes en Zaragoza. Habiendo visitado la ciudad por última vez en escenario grande, al aire libre y en abierto, estaba claro que en ésta su tercera cita con la provincia de Zaragoza en apenas 10 meses, los asistentes serían los incondicionales de La Fuga.
Y así fue: la sala fue un auténtico hervidero bajo su cartel de sold out, una olla a presión en el que cada tema se coreó al máximo, y en el que se sudó como sólo se suda en un concierto de rock.
Abrieron la noche Sonic Toys, que soltaron a su Lobo en la Ciudad para romper el silencio. Enérgico y fresco rock and roll, cercano por igual a los guitarrazos de los Jet que a propuestas de rock más alternativas, que les dan absoluta libertad para jugar con otros ritmos, arreglos y falsetes no tan habituales en el rock estatal. Mucho, mucho sonido para una formación de trío. Y, entre ese ruido y la eterna sonrisa de Álex en su doblete, contagiaron pronto de esa propuesta cuyas letras daba sensación aún pocos conocían. Pero poco importó: la afinidad musical con el grupo principal, alguna versión, y su entrega y energía pronto engancharon a la gente, mucho más atenta al concierto de lo que cualquier telonero firmaría.
Tras ellos, el plato fuerte. La Fuga, que visitan las Armas con doble novedad bajo el brazo. Por un lado, su nuevo trabajo "Humo y cristales", con un recorrido de 3 meses que se antojaron suficientes para que sus nuevos temas ya no sonaran como extraños a los oídos del público. Por otro lado, el lanzamiento conjunto de su directo "Mientras Brille la luna". Una celebración en vivo de su 20 aniversario que gracias a sus acertadas colaboraciones nos ha hecho escuchar en los últimos meses sus temas de siempre con energías renovadas. Y, con 4 años desde su anterior trabajo, han logrado que temas de su nueva etapa calen a fondo. Maldita, Camarote, Mi Perdición... ya son celebrados con tanta energía como algunos de sus clásicos, pese a sólo datar de su último álbum.
Da la sensación de que, pese a su hábito de desarrollar largos conciertos de alrededor de 2h30, no existen momentos de bajón en su setlist y casi todos los temas son bienvenidos en el público con sólo sonar un par de acordes. Inevitablemente parte del público siente predilección por temas de su etapa más antigua. Pero también tienen mucha sangre más reciente en sus seguidores fieles a sus tres últimos discos. Y, la sensación, de que cada tema llega de forma especial a diferentes personas, por causas personales. Cuestión de prioridades. Viven un momento dulce, con apoyo del público, infinidad de bolos, novedades a promocionar, aportaciones a las composiciones de todo el grupo, y una buena química que hace que se les vea disfrutar sobre las tablas. Durante el bolo, diversas imágenes rompen la monotonía: una breve parte acústica en un mano a mano de Pedro a la voz y Nando tocando sobre el taburete, la cara de alucinación de una chica -la secuencia de fotos lo dice todo- que subió a cantar una canción un rato junto a Pedro, un tema en en el que bajar al público y cruzar la sala para ponerse a sacar solos a sus guitarras desde su nueva posición sobre la barra, el trallazo de confetis en el indiscutible cierre de P'aquí p'allá, la celebrada presentación de todo el staff que compone la Fuga más allá de los instrumentos...
Sorprende, viendo lo que rodea a un concierto, el control de La Fuga sobre los detalles de su propio grupo. Desde el hecho de grabar íntegramente su disco en los estudios de Nando, maqueta va y maqueta viene, sin prisas. La explotación de su merchandising -¿cuántas camisetas con lunas y la archiconocida frase se han visto?-, incluyendo más productos de los que muchas otras bandas tienen, firmando los discos que en él se colocan, o incluso Edu decidiendo en última instancia dónde se vería mejor el puesto de merchandising al acceder a la sala. Los papeles adoptados por cada uno -generalmente Nando y Pedro llevan la voz cantante en las entrevistas frente a la cámara-. Su uso de las redes sociales: eventos en Facebook para cada concierto con diversas actualizaciones con información adicional, los propios miembros del grupo compartiendo cada cartel en los días previos, e imágenes posteriores sobre lo especial de cada cita. Lo profesional de sus videoclips, con actores de primer nivel y que les han valido algún premio reciente. La sana costumbre de al acabar los conciertos salir raudos a mezclarse con el público y acercarse a charlar con cualquiera que quiera cruzar unas palabras con ellos... La maquinaria de La Fuga está engrasada, y les quedan miles de amaneceres sobre el escenario.