Un miércoles a las 20 de la tarde. En una elegante sala de madera, de la que se afirma tiene una de las mejores acústicas del mundo. Sentados, con el obligatorio atuendo de la mascarilla. Un Drogas sobrio y parco en movimientos, comedido para dejar que las canciones brillen. Viejos himnos que suenan como nunca ("La hora del carnaval"), nuevas canciones como "Nacer contigo de nuevo" que ya ponen la piel de gallina como un nuevo himno.
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