Sello: Rock CD Records
Si el año pasado Forraje cerraba su trayectoria con un
interesantísimo disco en directo, ahora llega a su alma máter el momento de lanzarse a la piscina, con un proyecto todavía más identificable como su proyecto solitario.
Para ello tira de su apodo de siempre Lülu. Así con diéresis en la primera U, para desterrar el expandidísimo y erróneo acento en la segunda. Aunque si Dikers no consiguieron evitar confusiones con su "Se escribe con C"...
Al grano. Lülu se adapta a los nuevos tiempos de la industria musical, y promete entregas constantes en formato EP. Logra la grabación con un proyecto de crowdfunding con recompensas tan interesantes como disfrutar de un concierto privado, o vídeos personalizados de agradecimiento. Si necesitaban 3500€ para que este primer paso de su nueva historia viera la luz, prácticamente 5000€ en donaciones hicieron que este proyecto de masas pueda sonar tan bien. Cifras compartidas que matemáticamente refuerzan el proyecto y convencen de la masa de fieles de este músico que ofrece más de 40 conciertos al año -ahí es nada.
La esencia de Forraje se mantiene: la voz y letras de Antonio son demasiado personales como para de repente tornar en algo radicalmente nuevo, no sería auténtico. Especialmente en el primer single, "Al Anochecer", sentimos a Forraje nada más arrancar el disco. Luego los pasos se adentran en otros derroteros más íntimos: se alejan del rock urbano, se juega con guitarras más limpias, y aparecen hammonds, vientos, violines… Pese a todo, el título de esta primera entrega es quizás premonitorio y consciente: En "A medio camino" el cambio hacia lo acústico quizás no sea todavía tan radical como para justificar inequívocamente este proceso de rebranding -lograr que todos sus seguidores se enteren del nuevo nombre, gestionar su presencia online… "Al Anochecer", "Sueños lúcidos" o parte de "Lejos del mar" podrían, con un trabajo más crudo de sonido, colar como perfectos temas de Forraje. Pero en este camino, Lülu parece tenerlo claro. Desde luego existen experiencias previas de que la idea tiene sentido, y puede conducir al éxito y a captar un nuevo empujón en su trayectoria. Como ya hicieran recientemente El Capitán Cobarde, o La Gran Pegatina, comunicar nuevos proyectos con nuevos nombres es algo arriesgado pero que con el esfuerzo suficiente de comunicación funciona, permitiendo al artista explorar nuevas áreas y que la gente comprenda la diferencia entre los proyectos sin la constante cuestión a la evolución de su sonido.
Un buen disco de rock tranquilito, de esos que suenan con la calidez de un bolo en la intimidad de un acogedor bar, y que apunta a que sonará espectacular en vivo. Os dejamos con el videoclip de su primer single:
http://