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Tierra Santa-Mejor morir en pie

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18 de agosto de 2006 - Crítica de disco  -  Comentarios 0 comentarios
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Discográfica: Locomotive Records

La evolución de Tierra Santa, con unos primeros discos excelentes parecía iba estancándose allá por su sexto trabajo, en el que el público comenzaba ya a cansarse del estilo de la banda, demasiado definido y que parecía caminar en círculo sobre sus pasos. Tras ese sexto trabajo, la formación riojana editó un directo recogiendo lo mejor de esa trayectoria, y pareció marcar con ese recopilatorio una nueva etapa que a muchos está sorprendiendo para bien. Ya con Apocalipsis, su anterior disco, se intuía una nueva forma de hacer las cosas en la banda, un nuevo estilo que quedaba incluso plasmado en la portada, con un cambio de logotipo y un alejamiento progresivo de los temas épicos y mitológicos que tan buenos resultados les habían dado hasta entonces.

Dos años después llega el que podría ser el mejor disco de la banda hasta la fecha, un genial redondo donde se reinventan como grupo y ponen su mirada en el horizonte del hard rock, con unas excelentes composiciones donde la melodía y los juegos vocales destacan especialmente. Fieles a sus estudios XXI, este noveno trabajo suena impecable gracias al trabajo de los hermanos San Martín, que logran que la instrumentación de los nuevos temas suene también diferente a todo lo escuchado de los riojanos hasta el día de hoy. Los teclados cobran más protagonismo que en anteriores trabajos, y junto a la voz, doblada en muchos fragmentos, logran un ambiente muy limpio que dota de tintes melódicos a los once temas del compacto, especialmente en cortes como el primer single, “Mejor morir en pie”, que comienza con Ángel, vocalista de la banda, desarrollando la intro a capella con el apoyo de su propia voz en diferentes tonos.

Letrísticamente, el grupo avanza hacia derroteros más cotidianos, puras declaraciones de intenciones e ideologías que dan carpetazo a la mitología, que también desaparece del artwork de la banda para presentarse con una fotografía de una guitarra a punto de ser fusilada, diseño minimalista que rompe también esquemas con lo anterior.

Once temas que deberían ser escuchados por todos los seguidores de la banda, y por también por aquellos a los que no les acababan de convencer, pues sus nuevos derroteros musicales pueden llenar a más de un nuevo oyente. Como colofón del disco, se incluye además a modo de bonus track un cover del clásico Himno a la Alegría, llevado al terreno de los riojanos, que sin embargo se convierte en el único fragmento del disco que peca de repetitivo.
Artículo escrito por Héctor Mainar

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Fotografía por Héctor Mainar