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Stravaganzza-Requiem (Tercer Acto)

Stravaganzza-Requiem (Tercer Acto)

Stravaganzza-Requiem (Tercer Acto)

26 de agosto de 2007 - Crítica de disco  -  Comentarios 0 comentarios
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Sello: Avispa

Lo que comenzó como un proyecto alternativo es hoy una de las mejores bandas del metal nacional. Con un arranque concebido desde un inicio como una trilogía, este “Tercer Acto” nos presenta a Stravaganzza en estado puro. Una banda que presenta una evolución en cada disco que saca al mercado y en el que los cambios de formación van aportando nuevos aires a las composiciones. Con Leo Jimenez ya volcado de lleno en Stravaganzza tras su salida de Saratoga, la banda a la que tanto debe, este Requiem es un disco menos experimental que sus dos hermanos mayores, mucho más melódico y más fácilmente digerible que los primeros, que impactaron fuertemente con su atrocidad y cambios de ritmo. Tampoco se trata de un disco tan fuertemente conceptual como los citados predecesores, y las letras, moviéndose en el terreno de la oscuridad de la mente y la vida, fluyen con más libertad.

Respecto a las tareas de composición, el disco se presenta casi alternando un tema de Leo Jimenez con otro del gran Pepe Herrero, hasta que en la parte final aparece un tema co-firmado por ambos y uno de cada uno de los dos nuevos miembros de la banda: Patricio Babasasa y Carlos Expósito.
En la instrumentación, como ya se hiciera en el maxi “Hijo del miedo”, la orquestación cobra protagonismo en temas como “Deja de llorar” (de Pepe Herrero, al inicio del disco, y donde Leo se luce en todos sus registros revalidando su apodo de “La Bestia”). Aparecen también en el final de “Grande”, que arranca con fuertes percusiones y pasa de riffs nu metaleros a este bonito final orquestado. Esta letra supone, por cierto, un inevitable homenaje que no es la única referencia en este disco a una persona tan estrechamente ligada a la banda como el fallecido productor [i]“Big Simon”. Otro de los elementos que junto a la orquestación y violines aportan grandiosidad al sonido final de Stravaganzza son los coros, que rellenan grandilocuentemente cortes como “El día de mañana” o “Máscara de Seducción”.

Una sola colaboración para el disco, en un tema que así lo requería y sin necesidad de calzador para introducir a artistas y amiguetes que vendan el disco: Molly, cantante de Hamlet, cede su reconocible voz a un duo en “Hombre”.

Cerrando el disco, y como no podía ser de otra manera, Stravaganzza bañan en su universo a un tema de lo más alejado a su estilo, y que sienta como un guante a Leo Jimenez. Se trata de la archiconocida "Eloise", que en su día popularizara Tino Casal, y que ahora pasa por las manos de Stravaganzza, a los que ya hemos escuchado versionar a grupos tan dispares como Los Chichos o Mecano.

Este tercer acto es lo mejor hasta la fecha de Stravaganzza, aunque lo mismo se pudo decir del segundo acto en su día. Una banda fuera de lo común en nuestro país que, arriesgando e innovando, y con una gran capacidad técnica, hace que podamos disfrutar de discos para enmarcar como el que nos tiene entre manos.
Artículo escrito por Héctor Mainar

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Fotografía por Héctor Mainar