01 de julio de 2008
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Crónica de concierto
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Faltaban ya pocos minutos para las siete de la tarde del pasado jueves cuando los metálicos riffs de las guitarras de Tyr rompían el silencio imperante en la localidad de Paiporta. Era la confirmación de una realidad, el punto final de largos meses de rumorología proliferante y de fantasmas legales que, hasta última hora, sobrevolaban el festival. Los fantasmas desaparecieron a golpe de guitarra, y pese a quien pese este tren itinerante que conforma el nuevo Festival Viña arrancaba, haciendo su primera escala a escasos kilómetros de Valencia.
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