Los tres últimos trabajos de Insolenzia han supuesto sin duda alguna la consolidación de un proyecto. La maduración de una identidad propia, donde el rock urbano y la literatura avanzan inexorablemente de la mano. Y, en esa evolución como banda, el directo ha sido parte vital. Un show potente, preparado e impecable, que siempre llama la atención de ese amigo que va sin conocer al grupo. Una tarjeta de presentación a base de guitarrazo, que bien merecía ser recogido en directo.
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