Qué ansiada sensación de normalidad el asistir a un concierto durante horas y poner de nuevo a músicos frente a la lente de nuestra cámara. Kutxi Romero, una de esas atípicos especímenes que apenas han parado de tocar en estos últimos meses, recalaba con su trío en Zaragoza. Lo hacía para desgranar buena parte de los temas de su carrera en solitario, amén de alguna que otra versión como el Silencio de nuestra admirada Aurora Beltrán. Todo aconteció en la incomparable Sala Mozart del Auditorio de Zaragoza, que con su atípica distribución presenta una acústica sinigual donde suenan frecuentemente sinfónicas o, en esta ocasión, músicas más elevadas como el rock.
Ante nosotros, un Kutxi absolutamente distendido, carismático, divertido... en un formato acústico que le da para recrearse en su acting, en sus chistes y desarrollar su mundo interior frente al público. Todo ello acompañado de Pete y Juanito, dos músicos virtuosos pero también dos sidekicks activos que en todo momento siguen el juego del cantautor permitiéndole mostrar su lado más macarra, siempre juguetón con el público y vacilándole ante la ausencia de barras donde repostar. Una ocasión para conocer de forma diferente e íntima a esta mítica voz del rock estatal, más afinada que nunca para este caracter íntimo. Él no es de nadie.
Como compañero de numerosas fechas de la gira, Razkin abrió el concierto para presentar los temas de aquel disco en solitario que llegaba a las estanterías apenas cuatro días antes de que todos nos confináramos, y tocando además tres canciones nuevas (una de ellas inédita) de las seis que presentará en estas semanas. A su lado la dulce voz de Naiara Ruiz, multiinstrumentista y armada con unas coloridas alas con la que desplegar una bella performance en la que su baile le hacía flotar sobre el escenario. Tocaba ya pisar Zaragoza, tras tres cancelaciones previas ante la situación actual, y recoger sobre las tablas los dulces frutos del trabajo en estudio.
En el tramo final, entre alguna reivindicación de apoyo a sufridos bares rockeros locales y ya apurados por los restrictivos horarios de esta nueva normalidad, Kutxi tocó algunos míticos temas de Marea (como Pan Duro, o aquella que puso los vellos de punta: Ciudad de los Gitanos). Tras estos himnos, Razkin volvió de nuevo al escenario y juntos rindieron homenaje a los padres del rock estatal. Homenaje a Boni con "Por Salir corriendo" de los imprescindibles Barricada y "Qué Desilusión", de los también desaparecidos Leño. Qué bien que, con el fin de esas bandas, al menos sigamos disfrutando de Marea. Aunque ahora frente a Kutxi estemos sin que se nos vea cantar, sin poder tener una cerveza en la mano, o guardando las distancias entre los adeptos del rock como bien se encargó de recordarnos el líder de la banda con su cinta métrica. Ya adelantado a su tiempo cantaba lo de "no me beses en la boca". Y al acabar, todos a casa para encamarnos antes de las 11. Ya llegarán tiempos de abrazarnos frente al escenario y sentir en comunidad de nuevo el calor del rock.