Sello: DFX Records

Al sacar el disco de la caja, lo primero que encuentras es una enorme lista de agradecimientos bajo la galleta que antes tapaba el compacto. Y es que Mal Abuso fueron originales a la hora de financiar esta grabación: vendieron el disco por anticipado, antes incluso de su grabación, para poder contar así con capital para emprender esta aventura en el estudio. Ahora, los titulares de estas reservas aparecen en el CD, en una forma de agradecer el apoyo a la banda.  Cuando son capaces de que tanta gente confíe en ellos a la hora de grabar este disco, es porque había expectativas reales de que éste fuera bueno.

Tras un disco (“Rompe el dolor”) y una maqueta, en “Seguimos improvisando” nos encontramos con que el grupo tiene ya un estilo perfectamente encajado dentro del rock urbano.  Muy cortito, de apenas cuarenta minutos de duración, contiene diez + uno temas con todas las señas del rock estatal. Diez más uno, pues el último tema aparece escondido tras un rato de silencio en la décima pista. No es un tema de relleno, o una simple toma sobrante: se trata de una colaboración del punki por excelencia: Manolo Kabezabolo, hablando de cerveza –para variar- en el corte más festivo del disco. Lo raro hubiera sido que hubiera hablado de la transformada de Laplace. Además de él, y antes de llegar a este cierre del disco, ya habíamos tenido oportunidad de escuchar en el mismo a un buen grupo de gente, cercano en kilómetros e inquietudes a Mal Abuso- Quini (Benito Kamelas) y Aris (Transfer) son los más destacados, pero aparecen participaciones de otras bandas levantinas como Desconcierto, Rebufo, Desera o Kólico.

Podría hablar de cada uno de los temas, pero en realidad no hay mucho más que decir: rock estatal, del que se viene haciendo en levante en los últimos años. Lo mejor será que paséis por la página del grupo –muy acorde gráficamente con su disco- y os descarguéis su trabajo, como ya han hecho casi mil personas. www.malabuso.com

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