Bajo el más que cuestionable título de "San Heavy Day", que inicialmente hacía presagiar un festival a la usanza del ya clásico Interpeñas Metal (que durante años trajo a la primera línea del Heavy Metal nacional y a unos cuantos cabezas de cartel internacionales a Zaragoza), la capital maña se preparaba para vivir una especialísima noche de rock dentro de sus Fiestas del Pilar.
Era una noche en la ciudad de un miércoles de otoño, fría como el invierno. Esa noche no debería haber sido para andar por esas calles, pero unas 18.000 personas opinaron lo contrario y se desplazaron hasta la nueva y exitosa oferta del Parking Norte: The Last Festival (que durante las fiestas completó en varias ocasiones su aforo de 36.000 asistentes) para vivir el espectáculo. El show estaba anunciado para las 10 de la noche, pero a esa hora ya había comenzado la actuación de Azero, el segundo grupo de la noche. Antes, El Vicio del Duende había presentado su recientísimo "Alarmas", interesante disco grabado en los Estudios Sonido XXI mediante crowdfounding que supone un nuevo paso adelante en la carrera de esta formación zaragozana que lo tiene todo para consolidarse entre los grandes del rock estatal. Mezclaron temas de este recién estrenado disco con lo más conocido de sus trabajos previos ante un público todavía escaso pero que conocía a la perfección sus temas, y que les apoyaron cuando el sonido se cortó al sobrepasar su tiempo de actuación. Muchos los vieron únicamente de refilón.
Luego vinieron los Azero, ya casi con un nuevo disco a la vista, que pese a los cambios en su formación siguen siendo los que mayor adrenalina levantan en el público del punk-rock aragonés. La locura colectiva llegó con sus temas más clásicos, como siempre con Kapi desprendido de su guitarra para dejar al público sofokao, pero los temas de sus dos últimos trabajos ya son parte más que bienvenida del repertorio en vivo de los turolenses.
Pero, siendo sinceros, por bien que estuvieran las otras bandas -que lo estuvieron-, esta noche era especial por el plato principal del acto. Era la primera noche desde que se supo públicamente que los Barricada se acercaban a su callejón sin salida -ya había serios rumores en Hernani pero aún no había corrido la pólvora como en esta semana previa. Era el último vagón para, todavía con cierto mal humor y alguna que otra lágrima en el suelo, volver a sentir esa pasión por el ruido en vivo solamente una vez. Hablando con la gente se veían muchas caras venidas de otros lugares, y entre la marea no era difícil ver a populares rostros del rock que se habían acercado a vivir esa cita tan especial. Esta era una noche de rocanrol.
La hora del carnaval arrancó a eso de las 11 de la noche, entre algún que otro acople, y el sentimiento era común entre los asistentes, tanto a un lado como al otro del escenario: un poco de tristeza, mucha nostalgia, ganas de pasarlo bien, alguno todavía desconcertado que se enteraba en ese momento… Los gestos de complicidad entre la banda eran evidentes, y el público estaba más que entregado (el coro de "Esta noche no es para andar por estas calles" podía haber durado días de haber dado rienda suelta al público). Todos mirando, ante un repertorio plagado de temas de "Flechas Cardinales" (cuyo tema homónimo sirvió de cierre), pero en el que hubo también lugar para vivir momentos álgidos de tiempos pasados. Temas del repertorio vocal del Drogas, que no habían sonado en la referencia más reciente de su directo "Quedan caminos por recorrer", fueron llevándonos a un final de repertorio que, fue recopilando muchos de los temas antiguos de los de Pamplona. El setlist no distó de los últimos conciertos, pero probablemente sí las emociones que éste provocó. Justo antes de los bises sonó "En Blanco y Negro" y fue algo inmenso, espectacular, una auténtica reivindicación de lo que Barricada, con su actitud honesta y alejada de las lentejuelas, ha sido durante tantos años y años, que puso los pelos de punta a la multigeneracional audiencia.
Y, en un abrir y cerrar, todo acabó. Aún queda un sitio más, Pamplona, donde tener dos nuevas oportunidades para a Barricada: si esta noche fue mítica, esas dos van a ser algo inigualable. Y nosotros seguiremos aquí, debatidos entre el "Haz lo que quieras" y el "Deja que esto no acabe nunca", sabiendo que ninguna otra banda ocupará el lugar que los Barricada dejan mientras no estén.