Arranca la gira de presentación de Gaia II, y lo hizo a lo grande en Zaragoza, en un concierto marcado en todo momento por las colaboraciones y los problemas técnicos, que se sucedieron en buen número por ambas partes.
A eso de las diez, con puntualidad británica y ante un aforo todavía escaso Carlos Escobedo y su nueva banda subían para desengranar los temas del disco debut del nuevo proyecto del Ex Söber,
“Savia”, un producto muy diferente al folk-metal de la banda madrileña y cuya aparición se explica más bien por colegueo entre las bandas que por público en común, como quedó patente. Pequeños grupos de seguidores del grupo se dejaban ver entre las cuatro primeras filas a pie de escenario, mientras el resto del pabellón se mantenía al margen de una banda que se mostró muy correcta pero plenamente rígida, sin lograr hacer que el público congregado entrara en su juego. Tan sólo se escucharon coros en las dos covers de Söber que la banda recuperó para la ocasión:
“Diez Años” y
“Arrepentido”, con las que el grupo cerró su actuación tras tres cuartos de hora sobre las tablas.
Para cuando los de Escobedo finalizaron su repertorio, el pabellón tenía ya otro aspecto a nivel de público, pero sin duda el aforo fue sensiblemente menor que el esperado, con el graderío superior cerrado, el inferior a medio ocupar –generalmente con familias que asistían al show-, y una pista que si bien reunía a un buen número de seguidores se ha visto mucho más llena en numerosos conciertos. El telón de Mägo pasaba a cubrir el escenario en su totalidad, ocultando la imponente escenografía que los madrileños habían anunciado, y de la que os ofrecemos quizás las primeras fotografías aparecidas en ningún medio, que ampliaremos en los próximos días. Con el grandilocuente sonido de la introducción del disco se caldeaba el ambiente anunciando el inminente comienzo de un show que se prolongaría durante alrededor de tres horas de duración. Finalizaba el corte de introducción, y acompañado de pirotecnia el telón caía para dejar ver la nueva escenografía de Mägo de Oz, que captaba más la atención del público que la canción con la que se inició el Show: La Voz Dormida.
Una gran catedral de 14 metros de altura se erigía sobre el escenario del Pabellón Príncipe Felipe, hasta el techo y alrededor del escenario, simulando que el grupo tocaba en la nave central de una catedral gótica. La fachada del escenario contaba con un pórtico con alusiones al Apocalipsis, y sobre él se divisaban vidrieras que permitían un interesante juego de luces para ambientar los temas que la banda desengranaba. La batería, frente al pórtico en una peana central, y en los laterales del escenario se situaban los arcos que rodeaban a la nave, sobre los cuales los miembros del grupo subían y bajaban constantemente a lo largo del concierto. De forma fija, se situaba en la parte superior izquierda el órgano de la catedral, desde el cual Kiskilla atacaba con sus teclados, y en la derecha los coros, compuestos por una voz masculina y Patricia Tapia (
Nexx), que les acompañarán durante toda la gira, bajando ésta última al escenario en un par de ocasiones a lo largo del concierto para interpretar los temas del disco en los que colabora. Distribuidas por el escenario, diversas estatuas, de la que salió Jose al comenzar la actuación.
Dejando el escenario al margen, y tras
“La Voz Dormida”, el grupo se arrancaba un tema procedente de “La Leyenda de La Mancha”. Y es que la banda rescató un buen número de temas antiguos, como
“El pacto” o
"Jesús de Chamberí", que se intercalaban entre temas más actuales como
“Hazme un sitio entre tu piel”,
“El paseo de los Tristes” o
“El Poema de la lluvia Triste”, uno de los primeros temas en sonar que también contó con la colaboración de Patricia en el centro del escenario. Aparte de Patricia, la primera colaboración en aparecer fueron las manos de Pepe Herrero, de Stravaganzza, al que colocaron unos teclados en la parte baja del escenario para interpretar junto a Jose
“Desde mi cielo”, una de las baladas de la formación. El órgano no parecía funcionar, y mientras Jose salía del paso incitando al público a seguir sus melodías vocales, como suele hacer, Pepe subía al púlpito para tocar en los teclados de Kiskilla y solucionar uno de los numerosos problemas técnicos de la noche, que hacían al grupo parar constantemente entre las canciones, mucho más de lo que habitúan a hacer.
Además, la presencia sobre el escenario de Jorge Salán, ya miembro de la banda, deslumbró en una versión ligeramente recortada de la instrumental
“El Callejón del infierno”, interpretada tras
“El pacto”, y más adelante en un pequeño duelo entre su guitarra y la voz de Jose que acabó con un solo de Salán que desembocó en el Adagio al que se uniría el resto de la banda. Otro momento destacado fue la aparición de Polla Dura en el escenario mientras sonaba
“Resacosix en Hispania”, en la que Txus bajó a cantar, como haría más adelante en varios temas (
“El que quiera entender, que entienda”,
“La Rosa de los Vientos” en su versión metal y
“Molinos de Viento”), durante las cuales la batería subió puntos gracias al virtuoso Joaquín Arellano
“El Niño”, y el público podía ver el tanga de Txus bajo sus mallas de encaje –momento completamente prescindible.
Sonaron también los singles más pegadizos de la banda:
“La Costa del Silencio” y
“La Posada de los Muertos” en la primera parte de su actuación y “Fiesta Pagana” en los primeros bises. Fue precisamente en esta segunda tanda de canciones cuando apareció un diablo móvil frente al pórtico de la catedral, que movía sus alas e iluminaba sus ojos creando el ambiente más propicio para
“Diabulus in Musica”.
Cuando ya se rozaban las dos horas y media de actuación, y presagiándose ya el final tras haber escuchado el nuevo trabajo de la banda casi en su totalidad, así como numerosos temas destacados en su trayectoria, el grupo se retiró. Al poco tiempo se iluminó por completo la catedral luciéndose en todo su esplendor, y salió Txus a escena para pedir disculpas por los numerosos problemas técnicos que ni el presente Big Simon pudo evitar, prometer el regreso de la banda para las Fiestas del Pilar en la ciudad, y ceder el micro a Jose presentar al resto de la banda –pidiéndose un especial aplauso para Frank, que como ya comentaran en la rueda de prensa, atravesaba momentos difíciles por una grave enfermedad de un ser cercano.
Tras las presentaciones, comenzó a sonar “Molinos de viento”, a cuyo fin se presagiaba ya el final del concierto y el público ya casi hacía amago de retirada. Pero un foco iluminó a la sección folk de la banda, que comenzaron a desengranar la melodía de
“La cantata del Diablo”, mientras la sombra de una gabardina hacía aparición en la esquina del escenario. Para sorpresa de todos, Leo Jiménez (Saratoga, Stravaganzza), aparecía sobre el escenario, y también lo haría Carlos Escobedo de nuevo. Éste último interpretaría las partes de Víctor García en el tema, y si bien era previsible que no llegaría a los registros agudos del cantante asturiano, podía resultar interesante escuchar como lo hacía. Pero no tuvo demasiada suerte el esforzado líder de Savia, pues su micrófono no funcionó durante todo el primer acto, y pese a sus notables gestos avisando al backstage, no obtuvo un reemplazo. Se retiró durante el segundo acto, y volvió en el tercero con el problema ya solucionado. Aún quedaba la última sorpresa de la noche, y era Aurora Beltrán, de Tahúres Zurdos, que también estuvo presente en la capital aragonesa para interpretar sus fragmentos en el tema, que se cerró con Jose ataviado con una túnica blanca y una cruz roja en el pecho, y ahorcado en un poste, tal y como le ocurre a Azaak en la narración de Gaia II. La voz en off de la oración final del disco cerraba este duelo de titanes, mientras los músicos e invitados se retiraban del escenario. Saldrían de nuevo todos, pero ya tan sólo para despedirse entre la ovación de un público que agradeció las cerca de tres horas de espectáculo ofrecidas, y la multitud de colaboraciones que hacían de éste un concierto muy especial.
Los detractores de Mägo de Oz podrán como siempre criticar a la banda, pero supieron dar un muy buen show a los asistentes al evento. Su escenografía dejó por los suelos al resto de producciones españolas, de ambientación escénica inexistente en su mayoría, y pese a los problemas demostraron muchas tablas a la hora de atajar los imprevistos de este especial inicio de gira.
La gira continuará en Santiago de Compostela el próximo día 14, en Bilbao el 21 y Alicante el 28 para dar el salto a Latinoamérica, donde ofrecerán conciertos en quince países antes de regresar a la península el próximo mes de mayo.
SETLIST:
-Volaverunt Opus 666 (intro)
-La voz dormida
-La cruz de Santiago
-Jesús de Chamberí
-El poema de la lluvia triste
-La costa del silencio
-Hoy toca ser feliz
-Aquelarre
-El pacto
-El callejón del infierno
-La posada de los muertos
-Desde mi cielo
-Hazme un sitio entre tu piel
-Resacosix en Hispania
-Adagio
-El paseo de los tristes
-La rosa de los vientos
-El que quiera entender que entienda
-Diabulus in musica
-La danza del fuego
-Fiesta pagana
-Molinos de viento
-La cantata del diablo (missit me dominus)
Texto: Héctor Mainar (Rockthunder)
Fotografías: Ángel Burbano (marcadas) y Héctor Mainar (Rockthunder)
Artículo escrito por
Héctor Mainar
Comentarios
pluzh -
08 de enero de 2006
el mago de oz es lo max.