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Antisocial-Terroritmo

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30 de junio de 2007 - Crítica de disco  -  Comentarios 0 comentarios
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Sello: Muxik

Antisocial es una banda atípica, un grupo que rompe los esquemas del típico punk-rock estatal y al más puro estilo ramones y con una rabia que casi abruma hacen unos temas cargados de energía y mala leche, tanto en sus irreverentes letras como en su música. Dando un paso de gigante respecto a sus anteriores composiciones, el trío se lanza en un disco de 12 cortes que incluye también un videoclip para ordenador de Pussys de Tahití, uno de los temas más bestias y con una estética que hace parecer a Torrente un refinado estilista parisino. Precisamente es el antisingle, pues este corte huye del punk veloz que estructura todo el disco y se presenta casi como una parodia de su exagerada obscenidad. Y es que sus letras no son aptas para sensibles: “Teníamos los sexos hinchados y amoratados, dolían, supuraban, las ampollas reventaban” || “Provoco al correrme un tsunami en todo el baño, el semen me salpica cara y pelo” || “Dame tu amor ladillero, vomito amor ladillero”. También hay sitio para letras más poéticas al más puro rock transgresivo de Extremoduro en muchos de los temas del disco.

Y es que es mucha la relación que une a esta banda con los Extremoduro. Dieguillo formó, armado con su bajo, parte allá por el 93 del proyecto paralelo de Robe Iniesta que culminaría con la publicación de Pedrá, bajo el nombre de la banda madre por insistencias de la discográfica, y la posterior inclusión de Dieguillo y el resto del Q3 en las filas de Extremoduro. Hoy 15 años después Dieguillo, junto a sus compañeros Buffer y Albert Poter forman parte de uno de los tres grupos por los que Robe y Uoho han apostado como primera aventura de esta experiencia discográfica llamada Muxik.

El disco, al igual que los otros lanzamientos del recién nacido sello, imita el antiguo formato de vinilo en un CD negro con etiquetación similar a los vinilos. En el rock estatal, si no me falla la memoria, esto sólo se había visto en los “Clásicos” de Porretas, pero la presentación en el caso de los discos de Muxik es realmente perfecta, imitando los surcos de los entrañables vinilos y pasando por uno de ellos de forma perfecta. Al final lo importante es la música pero estos detalles se agradecen y se observa el esmero que han puesto en estas ediciones.

100% recomendable, Antisocial se basa en la provocación y la ausencia de reglas como contrapunto a las bandas de punk-rock actuales. La alternativa a los alternativos, dada por unos inquietos veteranos (Dieguillo ya venía dando guerra en Cicatriz hace décadas) con ganas de arriesgar. Quizás puedan resultar un poco repetitivos en la escucha completa del disco, pero merecen la pena ser escuchados.
Artículo escrito por Héctor Mainar

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Fotografía por Héctor Mainar