Hardcore desde el sello Ferret, con una formación que bebe de un montón de influencias de los 80 y los 90 y crea una música no apta para cardíacos.
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Hardcore y metalcore mezclados a partes iguales en este disco de Gwen Stacy, una banda con algo que decir, lo cual no es cosa que se encuentre uno todos los días, amigos.
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Sorpresa la edición de un disco en solitario del vocalista de Nevermore. Acompañado de gente de Soilwork y Himsa, ha creado un excelente disco de heavy metal melódico que, por momentos, supera lo hecho con su banda nodriza.
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Metal sin aditamentos desde Alemania, para los fans del metal a la antigua, un grupo para el que la palabra “moda” no tiene ningún significado. Atentos.
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Aquí hay un disco de agradable escucha. Para fans de Atheist, Cynic y Possessed. En esas pocas palabras se puede resumir la esencia de una banda que parece surgida del lado más experimental del death metal de los años ochenta.
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El regreso de Whitesnake ha sido por la puerta grande. Los que auguraban que Coverdale iba a entregar un disco con saldos se van a tragar sus palabras, porque hoy por hoy Whitesnake son una realidad, con una formación consolidada y sólida como pocas veces han tenido en los últimos veinte años. Un trabajo competente que agradará a sus seguidores, incluso a los más exigentes.
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Se dice que este es el disco de despedida de Hellacopters, una de las bandas fundamentales para conocer el rock escandinavo de los años noventa, una corriente que se mantiene con respiración asistida en este siglo nuego, pero que tiene en Hellacopters a sus principales valedores. Se van con un pedazo de disco, como casi todos los que han sacado en su ya un poco dilatada historia. Que vivan los Hellacopters, caramba.
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El guitarrista Jordi Sandalinas ha vuelto a juntarse con músicos de enorme talla (gente de Savatage, King Diamond o Alice Cooper) para crear su segunda obra. Quien diga que en España no hay buen metal, no sabe de qué está hablando. El disco más recomendado del mes, sin duda alguna.
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No todos los días tiene uno ocasión de hincarle el diente a una banda metálica nacional que ficha por un gran sello como es SPV. Estén atentos a esta peña porque gracias a su entrada en semejante escudería (la misma que lleva a Kreator, Monster Magnet o Whitesnake), puede que oigamos hablar mucho de ellos. Ojalá sea así.
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Thrash core súper metalizado, que no metalcore, es lo que nos proponen los americanos Poison the well desde su huída de una multinacional para firmar por el sello Ferret. Atentos.
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Nuevo combo canadiense a añadir a la lista de descubrimientos de Nuclear Blast. Herederos de la tradición de los chalados de Strapping Young Lad, Divinity no se quedan sólo con la tradición doméstica del Canadá y miran al otro lado, aparte de a Buried Inside, del Atlántico, y toman nota de lo facturado en los últimos años por dos de los combos más interesantes del extremo: Cult of Luna y los ahora omnipresentes Messuggah.
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