Presentación oficial de Los Potros del Tiempo en una de las últimas fechas de Marea para este año, justo antes de cerrar su gira con dos fechas tan importantes como el Wizink y su visita a Bilbao. Expectación máxima ante un Pabellón Príncipe Felipe en su máxima capacidad, donde ni una entrada quedó a la venta para ver a los de Berriozar.
Gira familiar como pocas para Kutxi Romero, que se acompañaría de varios miembros de su familia sobre el escenario.
En primer lugar Bocanada, grupo liderado por su hermano. Lo de estos es algo de otro nivel. Cada vez Martin anda más desbocado. Cada vez más hiperactivo sobre el escenario. Cada vez más arriesgado, desplegando bailes que ya quisiera Axl Rose y siendo la peor pesadilla del fotógrafo que busca una foto sin movimiento entre la tiniebla. Cada vez más auténticos. 8 temas se tocaron, aunque volvió a subir al escenario -y a bajar para mezclarse con el público- en el tramo final del concierto del plato principal con la última canción del primer bis, "como los trileros".
Entre ese público se encontraba alerta otra pieza de la familia. Aarón observaba atento a su tío y padre, esperando la vez para subir sobre las tablas. Le descubrí en pandemia, en un improvisado directo en el Kutxitril emitido por instagram con Ahikarnet versionando a diversas bandas, donde ya apuntaba maneras. Apareció en la postpandémica gira acústica de Kutxi Romero, y le volvimos a ver hace poco encarnando a Albertucho en su aún caliente regreso discográfico. Y ahora, rodando con discreción con Los Linaje, augura que esa espera para subir a cantar "Corazón de mimbre" es sólo un preámbulo. Un anticipo de todo lo que se viene para este chaval de 18 años que, pese a la carga de su linaje, augura un futuro vivo a este género con una seguridad inusitada para su edad formando ya parte del tour itinerante de los Romero.
Y el patriarca de todos: Kutxi y los suyos arrancaron a las 22 un generoso concierto de algo más de dos horas de duración. Que arrancó como siempre hacen con temas del trabajo más reciente de los Marea. Que pronto tornó a clásicos como Mierda y Cuchara, Manuela canta Saetas, Barniz o la mencionada Corazón de mimbre. Que, como siempre, permitió disfrutar de un par de temazos con el Piñas rasgando sus Alfileres y Trasegando. Y sentido homenaje con videoproyección para rescatar a su paisano Boni, con Kolibrí armado con la guitarra que el mismo Fco Javier empuñó otrora. Y desde ese punto álgido de Barricada, ir subiendo el nivel de coro de la gente para desplegar algunos de sus himnos más coreados.
El tramo final incorpora ya con solidez Jindama, uno de los grandes temas de la trayectoria más reciente de la banda, que se mira de igual a igual y poco envidia en ruido desde el público a los temas que seguirán para cerrar el concierto: las imprescindibles El Perro Verde o Marea.
Y desde ahí, todos a nuestra casa. Desgañitados, con esa voz tocada que se gastan los Romero. Como alguien sentenció al acabar el bolo, "un concierto de Marea al año debería ser obligatorio".