Las despedidas nunca son alegres y por eso no quiero que esto sea una despedida, si no un hasta luego. La decisión de abandonar el grupo lleva rondando en mi cabeza desde hace más de un año, ya que la relación y convivencia con Aris no es positiva, y antes de que la relación se pierda por completo y afecte al resto del grupo, yo por mi parte prefiero bajarme del tren y dejar que siga su camino. Son casi 15 años de carretera y rocanrol en los que ha habido de todo, risas, lágrimas, discusiones, malos rollos y buenos rollos. Durante estos años he visto pasar por el grupo a mucha gente que gracias a ellos Transfer hoy en día es lo que es, Julián (primer batería), el Genio y el abuelo (los primeros guitarras), Juanka, sin menospreciar a nadie, buen músico y mejor persona. El tema del puestecillo (merchandising) lo llevaban Enrique y Mari, bien conocidos por todos los que alguna vez os habéis acercado al puesto a comprar un disco, además nos ayudaban a cargar la furgo y también conducían, todo ello sin animo de lucro, vamos sin cobrar un duro, sólo porque se creían una historia que era Transfer, yo si no fuese del grupo me preguntaría ¿porque todos los que han pasado por Transfer les toca salir por la puerta de atrás? No se, hay tantas preguntas ¿acaso las canciones de Transfer no hablan de amistad? ¿de comprensión? ¿de seguir siempre pa'lante?. Yo por mi parte prefiero quedarme con los recuerdos bonitos, cuando todavía me creía las canciones, cuando empiezas a conocer a gente que sin pedir nada a cambio te regalan su amistad, cuando las horas arriba, en el escenario, pasan como segundos, cuando los kilómetros no pesan, y cuando no puedes olvidar las miradas y las palabras de mucha gente anónima que ha formado parte de esta historia. Sin más, quiero despedirme y dar las gracias a tod@s los que han compartido carretera, escenarios, cervezas, amistad, ilusión, etc. Sé que los amigos que he ido haciendo durante todos estos años no los olvidaré y seguro que ellos a mi tampoco. Y nunca se sabe, la música es una droga de la que no me quiero desenganchar. Gracias, hasta pronto.
Artículo escrito por
Héctor Mainar