Sello: Nuclear Blast
Desde luego, hay que reconocer que Nuclear Blast están pasando por una época dorada en cuanto a lanzamientos metálicos se refiere: los últimos discos de Clawfinger, Candlemass y Gorefest me han gustado y mucho; y ahora, por si todo eso fuera poco, llega el último plástico de uno de los combos más personales del hard rock y el metal que se hace en Finlandia, pequeño país, frío como él solo, que ha dado algunas de las formaciones metálicas más interesantes de las aparecidas en Europa en los últimos años.
Amorphis van ya, como ellos mismos dicen, por su tercera etapa; estas etapas vienen marcadas por sus cambios de vocalistas (y es que no es lo mismo sustituir a un batería, que siempre puede imitar la técnica de otro, que un vocal).
Con el nuevo vocal llevan dos discos, el anterior “Eclipse” y este nuevo “Silent Waters”; y una cosa se nota desde el primer tema: Amorphis han vuelto a sonar más duros, más contundentes; con discos como “Tuonela” se habían puesto a investigar en sonoridades muy melódicas, influidas por la psicodelia hard de los años setenta, por bandas como Blue Oyster Cult y por Black Sabbath (si es que llegaron a tener un leve toque stoner, ya olvidado, mejor, porque me fastidia que una banda tan personal como Amorphis se apunte a modas, eso pueden hacerlo El Caco o Stoner Kings, pero no ellos).
Esas experimentaciones han quedado atrás. Vale que han metido un tema por completo acústico (en el que ellos mismos se comparan con Jethro Tull, banda progresiva de los setenta todavía en activo, y sorprendente influencia para unos músicos tan jóvenes), pero ya Opeth, compañeros de generación y casi de estilo, hicieron lo propio con un redondo entero en plan acústico y nadie dijo nada.
De hecho, “Silent Waters” gustará a quienes compraron “Eclipse” y a quienes echan de menos sus principios como banda casi en la frontera de la música extrema, una etiqueta que no siempre ha sido la más adecuada para encuadrar el talento de estos artistas, que empezaron siendo unos chavales y ya lucen en las fotos un aspecto un tanto maduro de casi cuarentones; la música ha madurado con ellos, y hemos de decir que su último redondo está bastante bien.
Artículo escrito por ignacio rielas